viernes, 2 de marzo de 2018

Érase una vez…


Un ser humano sin patria es un ser humano incompleto y sin lealtad a ninguna causa mayor..

Aunque hoy lo tengamos olvidado, nuestra naturaleza sigue siendo tribal. Aún con el hecho de llevar centurias viviendo en sociedades complejas, durante decenas de milenios hemos formado parte de tribus; las tribus no son sino familias extendidas; los pueblos son conjuntos de tribus que con el tiempo han generado una identidad propia. 

Ese individuo aislado que existe en la calenturienta mente de algunos progresistas no existe. No sólo somos parte de una identidad, sino que esa identidad también es parte de nosotros.

No sé puede explicar sino porque hablo una determinada lengua, porque tengo una determinada cultura o mismamente la sangre que corre por mis venas.

Nada más lógico entonces, que exista una conexión emocional con todo aquello que nos da nuestra identidad propia.

Todo es decadencia, todo es consecuencia de lo mismo, de este desarraigo, de una sociedad cada vez más atomizada entre individuos que se creen especiales pero que en realidad son iguales en su mediocridad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario