En este caso, la repatriación de sirios e iraquíes de Europa, con énfasis en Alemania y Suecia, sería un esfuerzo especialmente indoloro. Estos inmigrantes han pasado alrededor de dos años en Europa desde que comenzó el éxodo masivo de Siria e Iraq en el verano de 2015.
Por supuesto, la repatriación puede implementarse de manera justa y humana para garantizar el buen resultado de que todos los pueblos conserven su propia patria.
A menudo se nos dice que la repatriación es imposible, cruel, inmoral e inhumana. De hecho se nos dice que aceptemos la alternativa de que los Europeos se conviertan en minorías en todos sus países de origen, mientras ellos conservan mayorías en los suyos.
Los llamados "nuevos alemanes" y los "nuevos suecos" y los "nuevos franceses" no han logrado convertirse en alemanes, suecos o franceses.
En cada medida, estos migrantes no han podido establecer ningún tipo de conexión beneficiosa con sus nuevas sociedades de acogida. Este fracaso facilita considerablemente la tarea de repatriación dado que no se perderá el amor entre los migrantes y Europa cuando regresen a sus países de origen. La mayoría de estas personas solo venían a nuestras tierras por falta de deseo económico.
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